Elisa Barrientos.
Cuentos (2013)
Construya
en su imaginación grandes planos de rejas roídas y oxidadas, para unas enormes
ventanas que se cierran en habitaciones vacías. Luego, cuélguese de las
molduras amarillentas de paredes llenas de formas antojadizas escondiendo en
sus enormes manchas de humedad figuras diversas…
Si
pudiéramos abrir los brazos, nos colguemos de las aspas del ventilador de techo
y demos vueltas y vueltas, porque el aire es tibio y la luz tenue. Después, nos
desparramemos por las figuras talladas en una puerta desgastada en azul donde
la madera viva y descolorida de su piel nos devuelva a la vida conciente del
relato porque algo o alguien las desgarró de grandes arañazos.
La realidad
A
Juan José
Semántica
personal del nosotros, del querer y del pensar, que hacen decir:
“Hay una casa
deshabitada, al final de la calle del zanjón; el día es de afuera y en ningún
lado hay nadie.
El aire esta quieto y
el polvo lleno del piso no dibuja mis pasos, no se contenta de mi, no me veo,
no estoy, no soy… y la luz que se entrevera en paredes de blanco, no me define,
no me da su día. Si no hay forma no hay sombra? Y el zanjón es un tajo verde
que me canta en pájaros invisibles... Ya no quiero sentir!”
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